Eran frecuentes
los poblados cercanos a las márgenes de los ríos, facilitando así el
abastecimiento de agua, el transporte y el comercio. Las viviendas (“wigwams”),
en general de gran tamaño (a veces de hasta cien pies), eran rectangulares, con
tejados inclinados, cubiertos con corteza de olmo. Cada una albergaba a varias
familias del mismo clan y, aunque no tenían ventanas, cada cierta distancia,
una obertura en el techo servía para la salida del humo del hogar de cada núcleo
familiar.
😁
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